Regresan las licencias de construcción a Tocaima y Cundinamarca
Por: Ingeniero Enrique Molano
Una muy buena noticia
recibió Tocaima y otros municipios, con el retorno de las licencias de
construcción.
La parálisis en que
nos encontrábamos, aunque algunas licencias se concedieron, con el bloqueo
a las licencias de construcción en los municipios afectados por la cuenca del río
Bogotá, se debió a una confusión con diferentes instrucciones dadas por varias instituciones
y esto desafortunadamente logró que se congelara la entrega de licencias de
construcción.
Todo nace con la ley
3050 del 28 de diciembre del 2013. Esta normativa buscaba, entre otras
cosas, restringir el volteo de tierras, es decir el cambio de uso del suelo de un terreno.
El caso más conocido es el de los hijos del ex presidente Uribe que adquirieron un
gran predio en Madrid a muy bajo costo debido al uso del suelo. Es ampliamente
conocido como Tomás y Jerónimo Uribe, durante la presidencia de su padre,
lograron que se le cambiara el uso del suelo para poder hacer una zona franca,
lo que los convirtió en millonarios al multiplicar el valor del predio de manera exponencial.
Esta modalidad del
volteo de tierras o cambio de uso del suelo, generó gran corrupción y
muchos funcionarios gobernadores, alcaldes y secretarios de planeación fueron, y aun
varios siguen, investigados por este asunto.
La norma 3050 del
ministerio de vivienda indica que, si el predio tiene como uso del suelo
URBANO, obliga al alcalde a darle viabilidad de servicios públicos. Pero posterior a
ella un fallo del tribunal superior de Cundinamarca y posteriormente una resolución de
la CAR, que busca contribuir a la recuperación del río y Bogotá, afectaba a los municipios
vecinos al río, obligando a que las aguas servidas de las nuevas construcciones,
deben ser tratadas antes de descargarlas en el río Bogotá.
Esto permite diferentes
interpretaciones y se suspendieron o limitaron todas las licencias de
construcción, al menos la mayoría, al no darles viabilidad de servicios.
Pero ni el tribunal
ni la CAR podían oponerse a la ley 3050, aunque sí podían colocarle algunas
restricciones o condicione. Esto les evitaba a las empresas de servicios públicos
hacer adecuaciones e inversiones, aunque el predio fuere urbano.
Esto quedó aclarado
la semana pasada y si el suelo es urbano deben otorgar las licencias de
construcción, salvo en el caso de conjuntos residenciales que deben hacer una
petar o un proceso similar de tratamiento de aguas, antes de poder obtener licencia
para verter sus aguas servidas. Pero no aplica para obras de carácter individual.
Esto llevó a que el 3
de agosto, el secretario de Planeación de Tocaima, Mauricio
Ubaque, expidiera el
comunicado 001/2021 donde se aclara la situación y se reanudan los
términos y trámites para las licencias de construcción (urbanísticas).
Esto ha sido muy bien
recibido ya que desbloquea la posibilidad de construcciones urbanas, algo
fundamental para la generación de trabajo y venta de productos relacionados
con la construcción. Siempre es importante, pero mucho más en esta época donde
ha sido notoria la reducción del trabajo en construcción, uno de los grandes generadores
de empleo y de mano de obra. Buen paso para recuperar nuestros municipios.
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