Cinco prácticas agrícolas para cuidar el planeta
El Día Mundial de la Tierra,
que se celebra cada 22 de abril, es un buen momento para dirigir
nuestros esfuerzos de comunicación hacia los agricultores. Tenemos que aprender
a producir más con menos y enfocarnos todos a reducir el impacto negativo en
los suelos. Es por eso que compartimos las siguientes recomendaciones
agrícolas que contribuyen al cuidado del planeta. Esperamos que sea de
todo su interés para la audiencia.
Cinco prácticas agrícolas para cuidar el planeta
· En los últimos cuatro años, el programa educativo ‘Red de Custodia’, que lidera
Corteva Agriscience, ha impulsado la participación de los agricultores en su
propia formación, creando conciencia sobre la necesidad de proteger el suelo,
la biodiversidad, los recursos naturales; además de la salud animal y humana.
· El Día Mundial de la Tierra nos recuerda que
la solución está en nuestras manos. Un sencillo cambio en el manejo ambiental
puede ayudarnos a proteger el planeta.
El uso eficiente y sostenible de la
Tierra se ha convertido en uno de los mayores retos para la producción de
alimentos y, no es para menos, a medida que crece la población, hay una mayor
demanda de alimentos y por ende más presión y excesos de labranza, lo que puede
provocar destrucción en la estructura natural del suelo, afectando sus
características físicas, ocasionando erosión e incluso su desertificación.
Frente a este escenario y en su
compromiso con la sostenibilidad, Corteva Agriscience se ha enfocado en la
innovación agrícola con productos sostenibles que ayudan a los agricultores a
proteger sus cultivos contra las malezas, insectos y enfermedades, que crean
resiliencia en un clima cambiante y minimizan los impactos en los recursos
naturales como el suelo y la tierra.
Al mismo tiempo, la compañía está
comprometida a capacitar a los agricultores, quienes juegan un rol importante
en la conservación del ecosistema, pues en sus manos está la adopción de buenas
prácticas agrícolas más sostenibles que contribuyan a garantizar el futuro del
planeta. Al respecto, desde su programa educativo en campo ‘Red de
Custodia’, Corteva recomienda cinco prácticas que ayudarán a los agricultores a
cuidar la Tierra:
1. Toda la
información que contienen las etiquetas de los productos para la protección de
cultivos es el resultado del compromiso con la innovación, que se basa en
grandes inversiones de recursos. De ahí la importancia de leer siempre la
etiqueta y comprender los pictogramas que están en ella para hacer un buen uso
del producto y de esta forma minimizar al máximo los riesgos para el entorno,
incluidos los organismos benéficos que viven en el suelo y la fauna.
2. Es muy importante
hacer el triple lavado (es decir, lavar tres veces) de los envases vacíos para
evitar que queden residuos del producto y puedan contaminar la tierra o el
agua. Este es un proceso que se realiza para recuperar los envases y empaques
que contuvieron productos para la protección agropecuaria, con el fin de evitar
daños al ambiente, ecosistemas y las personas.
3. Los envases de
plaguicidas deben llevarse al centro de acopio de Campo Limpio más cercano.
Dicha entrega le permite al agricultor recibir una certificación de devolución
de envases que es la evidencia de su correcto manejo ambiental, lo que facilita
sus procesos de certificación en buenas prácticas agrícolas, ISO, certificados
para exportar y acceder a mercados. Pues, cuando los agricultores efectúan
prácticas amigables con el ambiente, como es la disposición correcta de los
envases de los productos fitosanitarios que aplican en sus campos de cultivo,
no solo están cumpliendo con requisitos indispensables para la agroexportación,
sino que también evitan que estos queden tirados en los terrenos de
cultivo, lo que podría generar daños a la tierra, la salud y el medioambiente.
Así, los envases vacíos de agroquímicos son transportados a un destino final
autorizado, de acuerdo con el tipo de material puede ser enviado a reciclaje,
co-procesamiento o incineración controlada.
4. La labranza del
suelo es uno de los aspectos a tener en cuenta cuando se habla de su
conservación. Si bien es necesaria en algunos casos para una agricultura exitosa,
también es cierto que un exceso de esta destruye su estructura natural
afectando sus características físicas. Por ello, adoptar prácticas de labranza
mínima, es decir, intervenir lo menos posible al momento de cultivar, permite
que la actividad natural que se desarrolla en el suelo se mantenga, previniendo
su deterioro.
5. Una tierra
saludable garantiza no solo la seguridad alimentaria, también contribuye en la
mitigación del cambio climático ya que almacena el mayor número de carbono y
disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Es por
eso que contar con un adecuado manejo de plagas que incluya el uso de productos
convencionales y de microorganismos ayudará a recuperar la materia orgánica de
los suelos. Adicionalmente, Corteva en su compromiso con la educación, capacita
a los agricultores en prácticas sostenibles que eviten quemas a cielo abierto
de envases que contuvieron agroquímicos.
“Cuidar la Tierra debe ser una
responsabilidad compartida en toda la cadena de valor de la producción
agrícola. Por eso, creemos firmemente que para lograr una agricultura
sostenible es necesario seguir generando conciencia en las personas sobre sobre
el autocuidado, el manejo seguro de los productos fitosanitarios y el respeto
por la salud humana y el ambiente”, puntualizó Carolina García, líder del
programa Red de Custodia de Corteva.
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